ESAS MISMAS RISAS
Mi hijo está por terminar la preparatoria, algo muy habitual en estos tres años ha sido recibir aquí en casa a su grupo de amigos para hacer algún trabajo, o simplemente para convivir; han de sentirse a gusto, pues los miro llegar de buena gana cada vez que vienen.
La casa es pequeña por lo que esa algarabía del grupo de jóvenes mientras estudian, platican o juegan, es contagiosa al resto de la familia.
Lo que él vive en estas últimas semanas de clases lo viví yo en su momento merced a las circunstancias del término de una etapa, la ruptura de un grupo sólido de amistades y la separación de caminos. Lo mismo que siente mi hijo sentí yo alguna vez, ese adelanto de nostalgia por un tiempo que nunca volverá a ser igual.
Hace un par de días los escuchaba platicar y carcajearse a todo pulmón, y pensé para mis adentros como quisiera volver a escuchar esas mismas risas en cinco, diez o veinte años; garantizar para mi hijo que siga encontrando a lo largo de su vida la manera de reír como lo hace ahora, y que pese a los escollos e inconvenientes que se vayan presentando en su camino, pueda seguir hallando siempre el lado amable de la vida.
Supongo que uno de los tópicos más difíciles de definir es la felicidad; muy probablemente tendamos a considerar que hay individuos que nacen con suerte, de manera que la felicidad se les da en bandeja de plata a lo largo del camino, y que hay otros que en cambio hallarán únicamente la infelicidad como una sombra maligna que rodea cada una de sus etapas de la vida. Otra falacia que manejamos tal vez de manera inconciente, es la de suponer que la felicidad va en relación directa con la belleza física o con las posesiones que tenga una persona; vaya, en fin, que hay quien nació para ser feliz, y hay quien simplemente no nació con estrella…
En lo personal encuentro que la felicidad es un estado interno que uno mismo se procura; ciertamente los elementos negativos con que nos topamos representan dificultades mas no impedimentos para ser felices. Que por encima de las circunstancias externas, es nuestro estado interior el que determina si somos o no dichosos como un propósito personal, y no como resultado fortuito de circunstancias ajenas a nuestra voluntad. Habrá problemas de salud, económicos o afectivos que puedan momentáneamente hacer más lenta nuestra marcha, entonces nos corresponde hallar el modo de evitar que la detengan por completo. Lo más lamentable es sentirnos abatidos y abandonar toda lucha.
Sin lugar a dudas uno de los estados de ánimo que prevalecen en nuestra sociedad es la depresión, de alguna manera los obstáculos del camino merman nuestro entusiasmo y nos dejamos caer; comenzamos entonces a ver todo bajo una óptica negativa, y llega un momento en que sentimos que no vale la pena el esfuerzo de salir adelante. El ritmo de vida que llevamos hoy en día conduce al alejamiento entre hermanos y amigos, muchas de las veces no hay manera de platicar nuestras cosas y liberarnos de parte de la carga que venimos acarreando. El que alguien nos escuche y nos regale palabras de apoyo es una parte muy importante a la hora de enfrentar los problemas de cada día, y el no tener a la mano esa ayuda nos hace sentirnos más aislados todavía. Y encima de ello flaco favor nos hacen los medios de difusión al saturarnos de informaciones que fácilmente nos llevan a descorazonarnos aún más.
Mi hijo y sus amigos son ya unos adultos jóvenes que de alguna manera tendrán que ir enfrentando mayores responsabilidades cada día; comienzan a tomar decisiones propias, a extender las alas para volar por su cuenta. Hoy los escucho platicar y reírse de manera sabrosa, y quisiera creer que las cosas sean así en cinco, diez o veinte años; que en ese tiempo puedan reencontrarse y seguir en el punto donde se quedaron años atrás. El mundo exterior ofrece retos que exigen férrea voluntad; hay obstáculos mayores, imponderables que de alguna manera habrán de sortear sin que ello les haga mella en su espíritu. Pido a Dios que les permita trazarse un proyecto de vida digno, honesto y satisfactorio; que los dote de fortaleza para seguir esos ideales, pero sobre todo que los mantenga en contacto con su propio corazón para que cuiden que cada paso que den en su propio desarrollo, no ocasione mal a otros. Para que al final del camino les dé la serenidad de haber cumplido con ellos mismos y con la vida, pero sobre todo, que cada día encuentren algún motivo poderoso para no dejar de reír como ahora lo hacen. Porque la risa es, sin lugar a dudas, la música del alma.
Por: María del Carmen Maqueo.
Extraido de:
http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-sendero-de-la-vida/
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Frases Positivas.
En algo que debemos de ser muy cuidadosos como Padres, es en el "que decir" ya que a veces no sabemos del alcance que tienen nuestras palabras, hasta que vemos sus resultados
Muy bien. Yo sé que lo harás - Soy capaz
No dudo de tu buena intención - Soy bueno
Si necesitas algo, pídemelo - Amigo
Sé que lo has hecho sin querer - No lo repetiré
Estoy muy orgulloso de ti - Satisfacción
Sabes que te quiero mucho - Amor
Yo sé que eres bueno - Soy bueno
Te felicito por lo que has hecho - Alegría, ganas de mejorar
Cuando me necesites, yo te ayudaré - Amor
Noto que cada día eres mejor - Ganas de serlo
Creo lo que me dices, sé que lo harás - Confianza
Tú te mereces lo mejor - Satisfacción
No esperaba menos de ti - Confía en mí
Puedes llegar a donde tú quieras - Puedo hacerlo
Si lo que queremos es que nuestro hijo sea un TRIUNFADOR lo primero que debemos de hacer es: DECÍRSELO
Gracias:
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