Nicomedes Santa Cruz Gamarra
Nicomedes Santa Cruz nació el 4 de junio de 1925 en el distrito de La Victoria, Lima. Hijo de Don Nicomedes Santa Cruz Aparicio y de Doña Victoria Gamarra Ramírez, era el noveno de diez hermanos.
Al concluir el colegio, se decidió a trabajar como herrero forjador, oficio que realizó hasta 1956, abandonando su taller y dedicándose a recorrer el Perú y América Latina, recitando sus décimas y versos. Su cercanía con don Porfirio Vásquez, padre del cantante Pepe Vasquez, a quien conoció en 1945, influyó de manera decisiva en su formación como decimista.
Asumió la tarea de revivir el folclore afroperuano mediante las presentaciones de una compañía teatral que organizó con su hermana Victoria Santa Cruz (1959-1961), a través de actuaciones radiofónicas y sus colaboraciones en el diario Expreso, El Comercio y otras publicaciones.
Debutó en 1957 en el Teatro Municipal de Chile, con la Compañía Pancho Fierro, dentro de un espectáculo denominado Ritmos Negros del Perú. También incursionó en el periodismo, en la radio y la televisión. Poco después incursiona fugazmente en la política, abandonándola al poco tiempo en 1961, y viajando a Brasil en 1963. Entre sus diversos viajes, Nicomedes siguió participando en eventos para promover el folclor afroperuano, entre los cuales destaca la dirección del primer Festival de Arte Negro, realizado en Cañete, en agosto de 1971. Otro de sus viajes tuvo como destino África en 1974, donde participa en el coloquio Négritude et Amérique Latine. Ese mismo año viajo a Cuba y a México, participando en una serie de programas televisivos. A estos países les seguieron Japon (1976), Colombia (1978), Cuba (1979), Panamá (1980).
Desde 1980 se trasladó a Madrid, donde residió hasta su muerte. Allí fue periodista en Radio Exterior de España. Al mismo tiempo en 1987, colaboró en la preparación del disco de larga duración España en su folclor, sin descuidar sus presentaciones en diversos países. En 1989 impartió un seminario sobre la cultura africana en Santo Domingo (Republica Dominicana) y al año siguiente participó en la expedición Aventura 92, que recorrió puertos de México y Centroamérica. Afectado por un cáncer de pulmón, falleció el 5 de febrero de 1992 después de haber sido intervenido quirúrgicamente en el Hospital Clínico de Madrid.
DECIMAS:
Representa al Perú en el homenaje rendido por poetas iberoamericanos en el Círculo de Bellas Artes (Madrid-España), al poeta Rafael Alberti, con motivo de sus 88 años de edad. Recita "América Latina" y "Ritmos Negros del Perú". América latina. 12/07/1963.
Mi Cuate Mi socio Mi hermano
Aparcero Camarado Compañero
Mi pata M´hijito Paisano...
He aquí mis vecinos.
He aquí mis hermanos.
Las mismas caras latinoamericanas de cualquier punto de América Latina:
Indoblanquinegros Blanquinegrindios y Negrindoblancos
Rubias bembonas Indios barbudos y negros lacios
Todos se quejan: -¡Ah, si en mi país no hubiese tanta política...! -¡Ah, si en mi país no hubiera gente paleolítica...! -¡Ah, si en mi país no hubiese militarismo, ni oligarquía ni chauvinismo ni burocracia ni hipocresía ni clerecía ni antropofagia... -¡Ah, si en mi país...!
Alguien pregunta de dónde soy (Yo no respondo lo siguiente):
Nací cerca de Cuzco admiro a Puebla me inspira el ron de las Antillas canto con voz argentina creo en Santa Rosa de Lima y en los Orishas de Bahía Yo no coloreé mi Continente ni pinté verde a Brasil amarillo Perú roja Bolivia
Yo no tracé líneas territoriales separando al hermano del hermano. Poso la frente sobre Río Grande me afirmo pétreo sobre el Cabo de Hornos hundo mi brazo izquierdo en el Pacífico y sumerjo mi diestra en el Atlántico.
Por las costas de oriente y occidente doscientas millas entro a cada Océano sumerjo mano y mano y así me aferro a nuestro Continente en un abrazo Latinoamericano.
Ritmos negros del perú. 11/04/1957
Ritmos de la esclavitud contra amarguras y penas. Al compás de las cadenas Ritmos negros del Perú. De África llegó mi abuela vestida con caracoles, la trajeron lo´epañoles en un barco carabela. La marcaron con candela, la carimba fue su cruz. Y en América del Sur al golpe de sus dolores dieron los negros tambores ritmos de la esclavitud Por una moneda sola la revendieron en Lima y en la Hacienda “La Molina” sirvió a la gente española. Con otros negros de Angola ganaron por sus faenas zancudos para sus venas para dormir duro suelo y naíta´e consuelo contra amarguras y penas... En la plantación de caña nació el triste socabón, en el trapiche de ron el negro cantó la zaña. El machete y la guadaña curtió sus manos morenas; y los indios con sus quenas y el negro con tamborete cantaron su triste suerte al compás de las cadenas. Murieron los negros viejos pero entre la caña seca se escucha su zamacueca y el panalivio muy lejos. Y se escuchan los festejos que cantó en su juventud. De Cañete a Tombuctú, de Chancay a Mozambique llevan sus claros repiques ritmos negros del Perú.
De mi amigo Wilson Campos
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