La hepatitis es una enfermedad conocida por el hombre desde los tiempos de Hipócrates, quien la describe como ictericia epidémica. En 1883 Lurman notifica en Alemania una hepatitis transmitida por la sangre y otros hemoderivados.
Durante la Segunda Guerra Mundial, y a raíz de la inoculación accidental de hepatitis en ciertos lotes de vacuna contra la fiebre amarilla, se obtuvo la primera evidencia del origen vírico de esta enfermedad. Posteriormente, varios estudios epidemiológicos dirigidos por el Dr. McCallum permitieron identificar dos tipos de hepatitis vírica: la epidémica o infecciosa y la sérica.
Durante la Segunda Guerra Mundial, y a raíz de la inoculación accidental de hepatitis en ciertos lotes de vacuna contra la fiebre amarilla, se obtuvo la primera evidencia del origen vírico de esta enfermedad. Posteriormente, varios estudios epidemiológicos dirigidos por el Dr. McCallum permitieron identificar dos tipos de hepatitis vírica: la epidémica o infecciosa y la sérica.
En las últimas décadas los hallazgos de Blumberg (1965), Feinstone y Robert Purcell (1973), Rizetto (1977), Balayan (1983) y Houghton (1989) describiendo los virus de la hepatitis B (VHB), A (VHA), delta (VHD), E (VHE) y C (VHC) respectivamente han contribuido de forma
decisiva al conocimiento actual de las hepatitis víricas1.
Conceptualmente la hepatitis es una enfermedad del hígado de etiología multifactorial, que se caracteriza por la existencia de necrosis hepatocelular e inflamación. En función de la cronología de la enfermedad, la hepatitis puede ser aguda, crónica o fulminante, como veremos a continuación.
Tanto el cuadro clínico como las lesiones histológicas pueden ser idénticas de forma independiente del factor etiológico responsable de la misma, aunque existen evidentes diferencias epidemiológicas.
decisiva al conocimiento actual de las hepatitis víricas1.
Conceptualmente la hepatitis es una enfermedad del hígado de etiología multifactorial, que se caracteriza por la existencia de necrosis hepatocelular e inflamación. En función de la cronología de la enfermedad, la hepatitis puede ser aguda, crónica o fulminante, como veremos a continuación.
Tanto el cuadro clínico como las lesiones histológicas pueden ser idénticas de forma independiente del factor etiológico responsable de la misma, aunque existen evidentes diferencias epidemiológicas.
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