domingo, 28 de marzo de 2010

LA FILOSOFIA DE HOUSE



Irwin, W; Jacoby H.
La Filosofía de House
Editorial Selector (2009)
248 páginas
ISBN: 978-607-453-022-3

Hace un par de semanas, estaba por pagar una comida en uno de esos restaurantes donde hay una pequeña torre de libros giratoria con los éxitos del momento junto a la caja y vi este libro que, como buen aficionado a la serie Dr. House, me llamó poderosamente la atención, así que he decidido compartir mis impresiones al respecto.

El libro es en realidad una recopilación de ensayos por diferentes autores, todos ellos con grados académicos en Filosofía que crearon esta original obra la cual consta de 248 páginas y cientos de notas.


El libro (por si están interesados en él) es de fácil lectura y no hay necesidad de tener profundos conocimientos previos en filosofía para entenderlo. No es un análisis profundo de cada rama filosófica ni tampoco un listado de frases célebres de House. Sin embargo, se toma a Gregory House, el personaje ficticio, como objeto de estudio y los autores tratan de explicar su extraña conducta desde diversos puntos de vista. Así pues, se le ve desde el punto de vista de Sartre y el existencialismo, de la filosofía de Nietzsche, desde la doctrina Zen, la Taoísta, y se le compara a personajes como Sócrates y Diógenes.

Pero no solamente se analiza la personalidad de House, sino la de los que le rodean, haciendo énfasis en la amistad que lo une con Wilson, en la relación que mantiene con la Dra. Cuddy, con Cameron, Foreman y con Chase. El segundo equipo, que aparecería en la 4a y 5a temporada, no está presente a pesar de que el libro, tanto en su edición original en inglés como la edición mexicana, son del 2009.

El meollo de la mayor parte de los ensayos es, por supuesto, la moral de House, la cual es analizada minuciosamente tomando como material de referencia los capítulos, las frases que dijo y los casos a los que se enfrentó. Para la mayor parte de los autores, House no es un individuo sin escrúpulos como podría parecernos a primera vista, sino un médico con un enfoque científico a quien sólo le interesa la verdad. Para House, descubrir el diagnóstico es el fin último no solo de su práctica profesional, sino de su vida. En este aspecto, los autores llegan a compararlo con Sherlock Holmes quien, igual que House, era adicto al opio (el vicodin que consume House es un derivado del opio). Igual que Sherlock Holmes, House tiene a su Watson, con la diferencia de que el Watson de House está distribuido entre varios personajes.

La arrolladora honestidad de House se debe a su falta de compromiso con las reglas sociales, las cuales son un estorbo para su mente. A los largo de la serie lo vemos cometer actos que podrían parecer poco éticos pero que se justifican desde su punto de vista. Para él, hallar el diagnóstico lo es todo: El principio y el fin. Los medios de que deba valerse no tienen importancia. Miente, lastima, finge y, en no pocos casos hiere a los demás al decir siempre la verdad (su verdad). A House no le van los convencionalismos ni en su trato personal ni en su estilo de vida. No es un consumista, la moda tampoco le interesa y no establece relaciones románticas con nadie pues todo esto pondría en peligro su búsqueda de la verdad, su objetividad. Prefiere mil veces una buena discusión que un acuerdo hipócrita que mine su capacidad analítica.

La dependencia de House a las drogas es un punto que se discute ampliamente en el libro y los autores en realidad no se ponen de acuerdo en su significado pero coinciden en que la serenidad que le brindan los opiáceos, su alejamiento de los otros como personas y la “cosificación” del paciente lo sitúan en una posición privilegiada para analizar desapasionada y fríamente los casos que le toca resolver.

Se trata de un excelente libro cuyo objetivo se cumple (a mi juicio) cabalmente. Los fanáticos de la serie (como yo), lo disfrutarán enormemente, aunque tiene sus puntos débiles ya que al ser producto de diversos autores el estilo es irregular y, con frecuencia, se roban unos a otros los ejemplos haciendo que, de vez en cuando, la temática se vuelva un poco repetitiva.

Sin embargo, lo recomiendo ampliamente. Pero si no han visto la serie por lo menos hasta el final de la tercera temporada, absténganse de leerlo o se arriesgan a no entender algunos puntos de gran relevancia.


Para quienes gustan de esta serie, pero también de filosofía, este libro analiza la personalidad y el enfoque de la vida de este moderno anti héroe, y pasa revista desde Aristóteles hasta el budismo zen, pasando por Nietzche, con algo del ácido humor del personaje.

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viernes, 19 de marzo de 2010

MALA EDUCACION


¿Quién le pone el cascabel al problema de la educación?

¿Sabía usted que 9 de cada 10 niños peruanos de segundo grado de primaria no tienen los conocimientos mínimos esperados? Cada año, en todos los colegios a nivel nacional, tanto públicos como privados, se aplica a los alumnos del segundo grado de primaria una prueba denominada Evaluación Censal de Estudiantes–ECE. Esta prueba evalúa si los alumnos luego de dos años en la escuela primaria tienen los conocimientos “esperados” en matemáticas (uso de números y operaciones para resolver problemas) y lectura (comprensión de textos escritos).

Los últimos resultados no son nada alentadores, pero nos enseñan que hay regiones donde los niños aprenden bastante más y otras regiones donde la situación es muy crítica. Quizá podríamos mirar qué viene pasando en estas regiones y qué pistas nos dan para mejorar, ahora solo resaltaremos las mayores diferencias.

Las regiones con mejores resultados son las de la costa sur del Perú: Moquegua, Tacna y Arequipa. En estas regiones entre 30 y 33 de cada 100 estudiantes comprende adecuadamente los textos que leen y alrededor de 15 de cada 100 estudiantes maneja adecuadamente las matemáticas. Vale resaltar que Lima (Lima Metropolitana y Callao), aún con la gran cantidad de recursos que recibe del Minedu, muestre resultados menos positivos que estos tres departamentos. Una segunda cosa a resaltar es que estas regiones vecinas tienen los mejores resultados en ambas materias, tanto en matemática como en lectura, con diferencias sustanciales y no satisfactorias pero las mejores en comparación con el resto del Perú. En el lado opuesto las regiones con los resultados más negativos, en ambas materias, son Loreto y Ucayali en la amazonía y Apurímac en la sierra sur.
Además de comparar resultados regionales, lo mismo se podrá hacer al interior de cada región, comparar entre distritos, entre cada UGEL e incluso entre colegios. Exija usted esta información a su Gobierno Regional y al Ministerio de Educación. Con esta información usted podría saber qué colegios hacen mejor las cosas, qué alcaldes se han jugado por mejorar el servicio de educación de su comunidad y qué gobiernos regionales hacen o no su trabajo. También le pediremos cuentas, en lo que corresponda, al Ministerio de Educación como ente rector. Si bien es importante identificar a los responsables, lo más importante es empezar a cambiar de rumbo. Tenemos que poner metas claras y enfocarnos en los cambios necesarios para en el futuro tener 9 de cada 10 estudiantes con los conocimientos esperados y revertir la situación actual. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Finalmente esta chamba es de todos.
Por Edgardo Cruzado

(Economista)

PARADOJAS DE LA JUSTICIA


PARADOJAS DE LA JUSTICIA
Visiones Alternativas

¿Por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza. ¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés? El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración? ¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?

¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?

Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?

¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?
¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?

¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.

Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.

En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo era, traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?

Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?
¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?
¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?

Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?

¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?

Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?

Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:

–Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.

En El Salvador, el arzobispo Óscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. Él murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.

El resultado de las recientes elecciones del 2009 en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?

A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.
Lit. Julio C. Fernández C. Dr

jueves, 18 de marzo de 2010

Psoriasis y síndrome metabólico



La psoriasis es un proceso poligénico de alta prevalencia, ya que afecta al 1-3% de la población mundial. Es un trastorno inflamatorio crónico recidivante, con afectación predominante mucocutánea, pero no exclusiva, con importante repercusión en la calidad de vida de los pacientes. En los últimos años se está prestando atención, a la comorbilidad cardiovascular en estos pacientes, como ocurre en otros procesos inflamatorios crónicos. En esta revisión se analiza el trasfondo fisiopatológico de esta asociación, los datos epidemiológicos existentes y las medidas de despistaje y control del riesgo vascular global en los pacientes con psoriasis
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http://www.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13147403&pident_usuario=0&pident_revista=21&fichero=21v25n03a13147403pdf001.pdf&ty=68&accion=L&origen=medicine&web=www.medicineonline.es&lan=es

Evaluación del síncope de alto riesgo remitido desde el Servicio de Urgencias



El síncope es un motivo de atención frecuente en Urgencias. El objetivo principal en la evaluación del paciente con síncope debe ir dirigido a detectar el síncope de alto riesgo de origen cardiogénico, basado en datos clínicos y en el ECG basal. En este estudio original, se propone una unidad de cardiología monográfica de atención a pacientes con síncope derivados desde urgencias; se describen los métodos diagnósticos empleados, principalmente no invasivos, los criterios de selección de los mismos y el diagnóstico etiológico alcanzado, así como el pronóstico tras un seguimiento de dos años
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