domingo, 27 de marzo de 2011

Protocolo diagnóstico y valoración de las crisis epilépticas en el medio extrahospitalario

Las herramientas de evaluación del paciente epiléptico a este nivel son la historia clínica, la neurofisiología y la neuroimagen básicas1,2.

El diagnóstico de epilepsia se basa en la existencia de crisis epilépticas, pero el diagnóstico de crisis epiléptica no condiciona un diagnóstico de epilepsia como enfermedad crónica. Así, un enfoque adecuado desde este nivel asistencial es primordial para evitar errores diagnósticos que condicionen tratamientos innecesarios.

Las crisis pueden ser de dos tipos: agudas sintomáticas o provocadas y no provocadas o remotas. En las primeras existe un proceso agudo simultáneo responsable de la crisis que puede ser sistémico (alteraciones metabólicas, tóxicos, fármacos) o neurológico (trauma o infección craneal,

ictus). Una crisis sin una causa aguda directa es una crisis remota.

Siempre debemos preguntarnos: ¿Se trata de una crisis epiléptica? ¿Es la primera? ¿Es una crisis provocada o remota? ¿Es epilepsia? ¿Cuál es el riesgo de recurrencia? ¿Debo iniciar un tratamiento?3,4.
 
MAYOR INFORMACION:
 

Planta Nuclear de FUKUSHIMA (Japón): Radiación, salud y medio ambiente.

Para empezar: es importante entender que la radiación no es un fenómeno químico o biológico sino un fenómeno físico. En otras palabras, la radiación no es una sustancia o un veneno químico ni un virus o bacteria que contamina el medio ambiente. La radiación es un fenómeno físico en el cual ondas de energía o radiación salen despedidas o emanadas de una fuente u origen y se irradian o difunden a través del espacio hasta desaparecer a cierta distancia, dependiendo de la energía de la fuente que las origina.



El ejemplo más sencillo de radiación es el que experimentamos cada mañana cuando amanece y sale el sol. En este caso, la fuente u origen de radiación es el sol y los rayos solares son las ondas de energía o radiación que, saliendo del astro rey, llegan a la tierra y otros planetas. Esos rayos solares están en realidad compuestos por varios tipos de radiación, entre ellos, la luz visible con sus colores, los rayos ultravioletas (UV) y los rayos gamma. Esos tipos de radiación se diferencian por su nivel de energía; unos son débiles y no penetran nada (la luz visible) y otros son más intensos y penetrantes (rayos ultravioleta, que calientan y causan quemaduras y cáncer de la piel).

Fuentes y tipos de radiación

Las fuentes u orígenes de radiación son muy variadas e incluyen, por ejemplo, el teléfono celular que usted usa para comunicarse, la torre de transmisión de radio o televisión, el horno microondas que usa para calentar su café, la máquina de rayos X o de tomografía axial computarizada (CT-Scan) y el equipo de radioterapia del cáncer del hospital. Increíblemente, los cigarrillos contienen el Polonio-210, un elemento radiactivo causante de cáncer. Otras fuentes de radiación son los reactores nucleares como el de Fukushima y la bomba atómica.



Dada esa variedad de fuentes de radiación, es muy importante entonces aclarar que no todos los tipos de radiación son iguales. Al respecto, y de acuerdo a su capacidad de causar daño en los seres vivos, las radiaciones se dividen en dos grandes grupos: las radiaciones ionizantes y las radiaciones no ionizantes.



Las radiaciones no ionizantes tienen tan baja energía que no son capaces de penetrar los tejidos y rebotan en estos, por lo que no causan daño. Ejemplos de radiaciones no ionizantes que no causan daño son la luz visible del sol y las radiaciones electromagnéticas de las ondas de radio, televisión y microondas. El efecto de la radiación electromagnética de los teléfonos celulares sobre la salud humana está en pleno estudio.



Por su parte, las radiaciones ionizantes sí son muy peligrosas para la salud porque son ondas de energía tan veloces y tan penetrantes que ingresan hasta las células y pueden causar daño en los seres vivos. Las radiaciones ionizantes penetran hasta el interior mismo de las células, bombardean los cromosomas, causan mutaciones y pueden originar cáncer y otros problemas de salud.





Ejemplos de peligrosas radiaciones ionizantes son los rayos X, los rayos ultravioleta del sol y los rayos alfa, beta y gamma de los materiales radioactivos de los reactores nucleares como el de Fukushima o el de las bombas atómicas.



El daño que producen las radiaciones ionizantes depende de varios factores, entre ellos la dosis (cantidad recibida), el tiempo de exposición y la distancia de la persona a la fuente de radiación. No es lo mismo estar expuesto a una maquina de rayos X por unos cuantos milisegundos que durante varios minutos en una máquina de tomografía axial computarizada (CT-Scan). Tampoco es lo mismo estar en la playa por 5 minutos que achicharrarse durante 5 horas de 10 de la mañana a 3 de la tarde.



Tal como la hemos descrito, los problemas de salud por la radiación de la planta nuclear de Fukushima tienen varios niveles, algunos ya se están produciendo y otros dependerán de si se produce o no el accidente o explosión nuclear. Existen otras sustancias radiactivas son más lentas y menos intensas.



Ahí esta el gran peligro amable lector, esas sustancias radiactivas de muy larga vida pueden permanecer en el medio ambiente durante siglos, contaminando durante todo ese tiempo a plantas y animales, ocasionando un desastre ecológico permanente.

Fuente:
http://natura%20saludcomplementaria.blogspot.%20com/2011/03/planta-nuclear-de-fukushima-japon.html