Los expertos señalan algunas ideas equivocadas sobre estos insectos y explican varios métodos ecológicos para combatirlos
Algunos tópicos sobre los mosquitos son ciertos, como su preferencia por picar a determinadas personas, pero otros son falsos. Ni la orina es recomendable para aliviar las picaduras, ni los aparatos de ultrasonidos son eficaces para ahuyentarlos. Así lo recalcan los expertos en estos insectos, que explican los principales métodos para evitarlos, incluidos los ecológicos.
Los científicos han descubierto más de 3.000 especies de mosquitos en todo el mundo, de las que unas 60 viven en España. No obstante, el número podría ser mayor, ya que se encuentran de forma continua nuevas especies.
Los mosquitos pasan en su ciclo biológico por varias fases (huevo, larva, pupa y adulto) que pueden perdurar de un año a otro. En su fase adulta -cuando se vuelven molestos- pueden vivir en general entre una semana y un mes, aunque depende de la especie. Algunas hembras pueden incluso "hibernar" en el interior de casas, cuadras o guaridas de animales. Los machos viven menos ya que su función acaba después de la cópula, mientras que las hembras han de conseguir sangre para poder madurar sus ovarios y realizar la puesta de huevos. Tras obtener los nutrientes necesarios, las hembras no se alimentan más hasta que ponen sus huevos. Entonces vuelve a comenzar el proceso de buscar sangre para poner más huevos.
Por ello, son en realidad las mosquitas las que pican, a unas personas más que a otras. Roger Eritja y Carlos Aranda, co-directores del Servicio de Control de Mosquitos del Baix Llobregat, explican que las hembras son atraídas por diferentes estímulos como la temperatura, las formas visuales, las sustancias volátiles de diverso tipo y, en especial, el dióxido de carbono (CO2). "Como cada persona es diferente, produce una atracción diferente", añaden.
Los niños parecen una de las dianas preferidas de los mosquitos. María Teresa Gómez, profesora de Enfermedades Parasitarias de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera, señala que podría deberse a que los pequeños tienen temperaturas basales y frecuencias respiratorias más altas que los adultos.
Las hembras necesitan llenarse de sangre una vez por cada puesta de huevos, y lo suelen hacer en una única picadura. No obstante, si tienen que interrumpir su alimentación, ya sea por agresiones o movimientos defensivos de las personas y animales, necesitan volver a picar. Algunas especies, como el MOSQUITO TIGRE (Aedes albopictus) o el Aedes aegypti, toman esa sangre en varias picaduras seguidas, por lo que un solo mosquito provoca varias ronchas.
El momento elegido para buscar su alimento depende también de la especie: algunas pican de día, como el mosquito tigre, otras prefieren la noche, en otros casos el crepúsculo, y algunas pueden picar las 24 horas. Pero en general, es el atardecer y el anochecer son los momentos de mayor activación de las hembras.
La especie que más pica a los españoles es la Culex pipiens, el "mosquito trompetero", llamado así por el ruido que hace al acercarse a su presa, según María Teresa Gómez. Este mosquito penetra en las casas sin problemas, a diferencia de otros que no lo hacen. Roger Eritja y Carlos Aranda añaden otras especies a la lista de las más molestas en España: Anopheles atroparvus, Culex modestus, Ochlerotatus caspius, Aedes vexans, y desde que se introdujo en 2004, el mosquito tigre (Aedes albopictus).
El escozor no es el principal inconveniente de la picadura. Algunas especies pueden transmitir enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla, el dengue o las filariosis, que causan la muerte a miles de personas en todo el mundo.
El ser humano parece ser quien provoca el aumento y dispersión de algunas especies de mosquitos. Roger Eritja y Carlos Aranda recuerdan que el transporte de mercancías facilitó la introducción del mosquito tigre en Europa. María Teresa Gómez explica que si con el cambio climático aumenta la temperatura y la humedad (aguas estancadas), su desarrollo se favorecerá de manera enorme.
Métodos ecológicos para combatir a los mosquitos
Los sistemas para combatir a estos insectos son muy variados, y en algunos casos respetuosos con el medio ambiente, pero no todos son eficaces. Los co-directores del Servicio de Control de Mosquitos del Baix Llobregat afirman que hay larvicidas con bacterias "seguros y ecológicos", pero para uso profesional. Sin embargo, Roger Eritja y Carlos Aranda aseguran que para un uso doméstico no hay soluciones de las llamadas ecológicas eficaces. Este experto desaconseja los aparatos de ultrasonidos comercializados para ahuyentar a los mosquitos, porque son "auténticos engaños". Tampoco recomienda utilizar orina o amoníaco como remedios "caseros" para aliviar las picaduras.
La profesora de la Universidad CEU Cardenal Herrera señala varios remedios respetuosos con el medio ambiente. Las telas mosquiteras son una barrera física eficaz. En zonas africanas se reparten para evitar la transmisión de enfermedades mortales como la malaria, "aunque no son del agrado de la gente y no las utilizan", apostilla. El drenaje de ciertas zonas de cría de mosquitos también ayuda, porque es en el agua donde pasan todas sus fases de vida, excepto la de adulto. La eliminación de latas o ruedas de coches y camiones abandonadas es un buen recurso, ya que acumulan agua de lluvia y favorecen la reproducción de los mosquitos.
La naturaleza también puede ser de gran ayuda, recuerda María Teresa Gómez. Los predadores naturales de las larvas de mosquitos, como algunas especies de peces, o algunas bacterias como el Bacillus thuringiensis subespecie israelensis pueden acabar con ellas, por lo que se utilizan como larvicidas ecológicos. Respecto a los predadores de los adultos, las ranas, salamanquesas, murciélagos, arañas, etc., se alimentan de insectos sin problemas.
Roger Eritja y Carlos Aranda citan a la citronella, una planta que repele a los mosquitos, aunque en efectos muy bajos, y al pelitre, otro vegetal del que se extraen insecticidas.
En cualquier caso, se aconseja la combinación de varios remedios para combatir el ataque de estos seres.
Efectos negativos de los insecticidas químicos
María Teresa Gómez recuerda los efectos nocivos de algunos insecticidas químicos, como los organofosforados, que en dosis altas provocan hipersalivación, vómitos y diarreas en el ser humano y en animales. Los carbamatos son tóxicos para peces y abejas, mientras que los organoclorados, como el DDT, persisten mucho en el ambiente y en la grasa de los animales, y sus efectos perduran a muy largo plazo.
Por ello, en la actualidad se tiende a utilizar insecticidas de baja persistencia y a repetir los tratamientos en los periodos adecuados para actuar frente a las fases sensibles. Roger Eritja y Carlos Aranda afirman que si se utilizan de manera correcta, los plaguicidas químicos actuales no deben causar problemas a corto o medio plazo.
Además, según estos dos expertos, las sustancias que han demostrado efectos nocivos para la salud y el medio ambiente han sido prohibidas, como la mayoría de organoclorados. Las investigaciones son necesarias para evitar la utilización de otras posibles sustancias tóxicas. Por ejemplo, un reciente estudio publicado en la revista BioMed Central Biology concluye que el N,N-dietil-m-toluamida (DEET), utilizado en la mayoría de los repelentes de mosquitos, es tóxico para el sistema nervioso central.