El presente artículo es una síntesis del “Arte de la Guerra” de Sun Zi aplicado a la conservación de la salud y el tratamiento de las enfermedades” , escrito hace más de 25 siglos. Los chinos fueron los primeros en adaptar sus conceptos a la ciencia médica. En él se señala que: “prevenir la enfermedad es cómo prevenir el ataque del enemigo”, “tratar la enfermedad es como tratar a los bandidos”, “usar medicinas es como usar armas” y “decidir una prescripción es como decidir una sanción penal”. Estos conceptos son frescos, convincentes y provechosos hasta nuestros días y han beneficiado a los pueblos.
La medicina china esta tremendamente impregnada de conceptos filosóficos, de una forma de estar en el mundo. Los primeros movimientos filosóficos que aparecen en Oriente y que más influyeron son: el Confucionismo, el Taoísmo y el Budismo. Mientras que la Medicina Occidental (Alópata) y su Filosofía, se separaron en cierto momento de su desarrollo luego de tener una relación directa, manteniéndose aislados hasta la actualidad; esto debido al avance de la ciencia médica.
El idioma chino tiene decenas de refranes relacionados con el corazón, por ejemplo, "corazón pacifico, animo quieto”; “corazón dulce, concordia de sentimientos” ; “corazón magnánimo, espíritu satisfecho”; “corazón cristalino, ojos claros”; “corazón cansado, días duros”; “corazón sobresaltado, carne temblorosa”, etc. En China el corazón ha sido considerado importante desde la prehistoria. Aunque los tiempos han cambiado, “el corazón” sigue siendo sinónimo de “pensamiento” en idioma chino.
La medicina tradicional china siempre ha destacado el cultivo del corazón. Sostiene que la serenidad del corazón es esencial para la salud y es fuente de la energía vital. Lao Zi (siglo V a.n.e.) dijo: “diversas como son las cosas, todas vuelven a su raíz. En eso están la serenidad y el retorno a la vida”. Sólo “conservando la serenidad”, puede la vida continuar sin correr riesgo. El médico Tao Hongjing (456-536) indico con mayor claridad: “Quien es sereno vive más tiempo. Quien es impulsivo vive menos”. En las Palabras constantes de un anciano se lee: “La serenidad es lo primero que se cultiva para la salud”.
La serenidad fomenta la salud y también un buen carácter. Es muy apreciada por los militares.
El Arte de la guerra de Sun Zi dice: “El mando del ejército exige serenidad, profundidad, justicia y rigor”. Este principio ha sido brújula para muchos estrategas chinos y extranjeros. Sun Zi se lo propuso a los comandantes para que formaran un buen carácter y fomentaran su salud. Así es porque, si un comandante desea tener calma, firmeza y coraje frente al peligro, debe ser sereno y profundo y olvidarse de sí y de cuanto le rodea. Sea quien sea la persona, general o ministro, funcionario o ciudadano común, la serenidad no se consigue sin esfuerzo. Se adquiere principalmente de la siguiente manera:
En primer lugar, es preciso cultivar una alta virtud. La medicina china aboga por el cultivo del buen carácter y el fomento de la salud, y los pone en igual plano. Considera que la virtud, la benevolencia, la justicia, la no ambición y el desinterés ennoblecen el pensamiento, estabilizan el espíritu y armonizan el qi (energía) y la sangre.
Todo ello hace normal la fisiología, pleno el espíritu y sólida la salud. Confucio dijo: “La gran virtud prolonga la vida” (justo medio). Dong Zhongshu (179-104 a. n. e.) desarrolló este concepto y lo combinó con el cultivo del corazón. Dijo: “Quien ponga las cosas en el justo medio y nutra su salud vivirá mucho tiempo”. Por su parte, Sun Simiao observó desde el punto de vista médico: “El carácter se adquiere por la costumbre y debe ser caritativo…si lo es, no llega ninguna enfermedad, mal o desastre. Este es el camino que conduce a la buena salud” (Prescripciones de mil taeles de oro).
En síntesis, solo quien cultive la virtud lo mismo que la salud, llegara a “estar en el paraíso de la benevolencia y la longevidad”.
En segundo lugar, hay que “ser abnegado y despreocupado” . Es imposible, en un mundo tan complicado, evitar todas las contrariedades. Por supuesto, el amor frustrado, el deceso de un ser querido y el fracaso en un empeño, son motivos de fuertes decepciones. Si se los toma demasiado en serio, se abatirá el ánimo, y habrá quejas e irritación a cada rato. A la larga todo ello se vuelve psicopatógeno, acortando la vida. El Canon de medicina interna de Huang Di dice: ”Si la persona no tiene preocupación, el qi verdadero fluye y el espíritu se conserva. Así, no hay por donde invada la enfermedad”. Una leyenda dice que Peng Zu vivió 800 años. En las Notas sobre el cultivo de la salud y el carácter de Peng Zu se recomienda nutrir el espíritu. El método reside en “no interesarse por la victoria, la derrota, los altibajos, el logro, la pérdida ni la gloria, para no tener ninguna ansiedad”. La Copla del inmortal Sun sobre la longevidad, popular en la china antigua, dice bien: “Si quieres vivir muchos años, no te alegres ni te enojes. Debes ser sincero y despreocupado. Cuida tu salud y deja atrás las angustias”. A fin de cuentas, solo el desinterés por el rango y el beneficio, junto con la tranquilidad y el contentamiento, puede amenizar las emociones, traer paz con todos, estabilizar el ánimo y elevar el espíritu. De este modo, los zang y los fu (órganos internos básicos) funcionaran con armonía y los mecanismos del qi se mantendrán ágiles, garantizando la salud.
En tercer lugar, destaca la autorregulació n. Para tener serenidad, la ciencia de la salud sugiere dos principios. Uno es: “Mi vida está en mi”. Significa que la persona debe tener el destino en sus propias manos y relacionarse bien con otros. Para la gran mayoría de las personas la vida no es un camino cubierto de rosas. Puede que las cosas no salgan como se desea en el 80 o 90 por ciento de los casos. Cuando uno sufre un desaire, no debe dejarse llevar por el mal humor, debe arreglárselas con calma. No hay que perder los estribos y obrar con temeridad. En las Palabras sobre medicina del Estudio del Pescador se esclarece el papel que puede tener la sana psicología para hacer frente a las peripecias. Allí se lee: “Si la persona es hábil ante una situación difícil, el agua del riñón sube al corazón. Entonces, está fuera de lugar la enfermedad”. La medicina china sostiene que el corazón pertenece al fuego, y el riñón al agua, y que cuando ambos elementos colaboran, la persona está sana. Sin embargo, la autorregulació n no es fácil. Proviene de la práctica constante de frenar la ira y la congoja, de tener una mentalidad amplia y de estar conforme con lo que hay. En este caso, la persona reaccionara serena ante cualquier suceso y evitara la irritación. El segundo principio se refiere a que la “serenidad esta en el corazón y no en el ambiente de vida”. Teniendo el corazón sereno, la persona no correrá riesgo aunque este en una situación complicada. Pero si el corazón está inquieto, la persona no tiene paz aunque viva en una situación muy amena. Para ayudar a la gente a tener el corazón sosegado y una existencia placentera, los expertos han diseñado muchos métodos. Chen Zhi, de la dinastía Song, ideó un método sencillo en la Carta sobre entrenamientos de la vejez y piedad filial. Se compone de “cinco cosas” y “diez gustos”. Las “cinco cosas” van en este orden: sentarse quieto, leer en silencio, contemplar plantas, ríos y colinas, debatir con amigos y enseñar a los hijos. Los “diez gustos” son: estudiar los clásicos, practicar caligrafía, sentarse con el corazón sereno, conversar con amigos, beber un poco de vino, cultivar bambúes y otras plantas, tocar instrumentos y criar garzas, sahumar y cocer te, subir a la muralla para contemplar la montaña, y jugar al ajedrez.
Este método comprende muchos aspectos de la cultura tradicional china y fue el más importante que siguieron los antiguos para pacificar su espíritu y tener buena salud. Hasta ahora sigue siendo útil. Sin duda, una práctica asidua de este método ayuda a despejar la mente y tener serenidad en presencia de cualquier contrariedad.
En comparación con los gustos finos, más vale tener una psicología invulnerable que le permita a uno “no perturbarse ante la caída de una montaña ni ante el desbordamiento de un río”. Esto exige darle cara a la realidad, amar la vida con pasión, tener una aspiración firme y portarse con calma ante cualquier cambio que sea motivo de gran júbilo o pena.
Si la persona sabe seguir los métodos antes descritos, se verá favorecida por la autorregulació n, mantendrá estable el ánimo, amenizara los sentimientos, se llevara bien con todo el mundo y tendrá el corazón apacible, la mente clara y una larga vida.
BIBLIOGRAFIA: “El arte de la guerra de Sun Zi aplicado a la conservación de la salud y el tratamiento de las enfermedades” . Edit. Nuevo Mundo. Beijing 2007.
“El Canon de Medicina interna del Emperador Amarillo”. New World Press. Beijing 2007.
La medicina china esta tremendamente impregnada de conceptos filosóficos, de una forma de estar en el mundo. Los primeros movimientos filosóficos que aparecen en Oriente y que más influyeron son: el Confucionismo, el Taoísmo y el Budismo. Mientras que la Medicina Occidental (Alópata) y su Filosofía, se separaron en cierto momento de su desarrollo luego de tener una relación directa, manteniéndose aislados hasta la actualidad; esto debido al avance de la ciencia médica.
El idioma chino tiene decenas de refranes relacionados con el corazón, por ejemplo, "corazón pacifico, animo quieto”; “corazón dulce, concordia de sentimientos” ; “corazón magnánimo, espíritu satisfecho”; “corazón cristalino, ojos claros”; “corazón cansado, días duros”; “corazón sobresaltado, carne temblorosa”, etc. En China el corazón ha sido considerado importante desde la prehistoria. Aunque los tiempos han cambiado, “el corazón” sigue siendo sinónimo de “pensamiento” en idioma chino.
La medicina tradicional china siempre ha destacado el cultivo del corazón. Sostiene que la serenidad del corazón es esencial para la salud y es fuente de la energía vital. Lao Zi (siglo V a.n.e.) dijo: “diversas como son las cosas, todas vuelven a su raíz. En eso están la serenidad y el retorno a la vida”. Sólo “conservando la serenidad”, puede la vida continuar sin correr riesgo. El médico Tao Hongjing (456-536) indico con mayor claridad: “Quien es sereno vive más tiempo. Quien es impulsivo vive menos”. En las Palabras constantes de un anciano se lee: “La serenidad es lo primero que se cultiva para la salud”.
La serenidad fomenta la salud y también un buen carácter. Es muy apreciada por los militares.
El Arte de la guerra de Sun Zi dice: “El mando del ejército exige serenidad, profundidad, justicia y rigor”. Este principio ha sido brújula para muchos estrategas chinos y extranjeros. Sun Zi se lo propuso a los comandantes para que formaran un buen carácter y fomentaran su salud. Así es porque, si un comandante desea tener calma, firmeza y coraje frente al peligro, debe ser sereno y profundo y olvidarse de sí y de cuanto le rodea. Sea quien sea la persona, general o ministro, funcionario o ciudadano común, la serenidad no se consigue sin esfuerzo. Se adquiere principalmente de la siguiente manera:
En primer lugar, es preciso cultivar una alta virtud. La medicina china aboga por el cultivo del buen carácter y el fomento de la salud, y los pone en igual plano. Considera que la virtud, la benevolencia, la justicia, la no ambición y el desinterés ennoblecen el pensamiento, estabilizan el espíritu y armonizan el qi (energía) y la sangre.
Todo ello hace normal la fisiología, pleno el espíritu y sólida la salud. Confucio dijo: “La gran virtud prolonga la vida” (justo medio). Dong Zhongshu (179-104 a. n. e.) desarrolló este concepto y lo combinó con el cultivo del corazón. Dijo: “Quien ponga las cosas en el justo medio y nutra su salud vivirá mucho tiempo”. Por su parte, Sun Simiao observó desde el punto de vista médico: “El carácter se adquiere por la costumbre y debe ser caritativo…si lo es, no llega ninguna enfermedad, mal o desastre. Este es el camino que conduce a la buena salud” (Prescripciones de mil taeles de oro).
En síntesis, solo quien cultive la virtud lo mismo que la salud, llegara a “estar en el paraíso de la benevolencia y la longevidad”.
En segundo lugar, hay que “ser abnegado y despreocupado” . Es imposible, en un mundo tan complicado, evitar todas las contrariedades. Por supuesto, el amor frustrado, el deceso de un ser querido y el fracaso en un empeño, son motivos de fuertes decepciones. Si se los toma demasiado en serio, se abatirá el ánimo, y habrá quejas e irritación a cada rato. A la larga todo ello se vuelve psicopatógeno, acortando la vida. El Canon de medicina interna de Huang Di dice: ”Si la persona no tiene preocupación, el qi verdadero fluye y el espíritu se conserva. Así, no hay por donde invada la enfermedad”. Una leyenda dice que Peng Zu vivió 800 años. En las Notas sobre el cultivo de la salud y el carácter de Peng Zu se recomienda nutrir el espíritu. El método reside en “no interesarse por la victoria, la derrota, los altibajos, el logro, la pérdida ni la gloria, para no tener ninguna ansiedad”. La Copla del inmortal Sun sobre la longevidad, popular en la china antigua, dice bien: “Si quieres vivir muchos años, no te alegres ni te enojes. Debes ser sincero y despreocupado. Cuida tu salud y deja atrás las angustias”. A fin de cuentas, solo el desinterés por el rango y el beneficio, junto con la tranquilidad y el contentamiento, puede amenizar las emociones, traer paz con todos, estabilizar el ánimo y elevar el espíritu. De este modo, los zang y los fu (órganos internos básicos) funcionaran con armonía y los mecanismos del qi se mantendrán ágiles, garantizando la salud.
En tercer lugar, destaca la autorregulació n. Para tener serenidad, la ciencia de la salud sugiere dos principios. Uno es: “Mi vida está en mi”. Significa que la persona debe tener el destino en sus propias manos y relacionarse bien con otros. Para la gran mayoría de las personas la vida no es un camino cubierto de rosas. Puede que las cosas no salgan como se desea en el 80 o 90 por ciento de los casos. Cuando uno sufre un desaire, no debe dejarse llevar por el mal humor, debe arreglárselas con calma. No hay que perder los estribos y obrar con temeridad. En las Palabras sobre medicina del Estudio del Pescador se esclarece el papel que puede tener la sana psicología para hacer frente a las peripecias. Allí se lee: “Si la persona es hábil ante una situación difícil, el agua del riñón sube al corazón. Entonces, está fuera de lugar la enfermedad”. La medicina china sostiene que el corazón pertenece al fuego, y el riñón al agua, y que cuando ambos elementos colaboran, la persona está sana. Sin embargo, la autorregulació n no es fácil. Proviene de la práctica constante de frenar la ira y la congoja, de tener una mentalidad amplia y de estar conforme con lo que hay. En este caso, la persona reaccionara serena ante cualquier suceso y evitara la irritación. El segundo principio se refiere a que la “serenidad esta en el corazón y no en el ambiente de vida”. Teniendo el corazón sereno, la persona no correrá riesgo aunque este en una situación complicada. Pero si el corazón está inquieto, la persona no tiene paz aunque viva en una situación muy amena. Para ayudar a la gente a tener el corazón sosegado y una existencia placentera, los expertos han diseñado muchos métodos. Chen Zhi, de la dinastía Song, ideó un método sencillo en la Carta sobre entrenamientos de la vejez y piedad filial. Se compone de “cinco cosas” y “diez gustos”. Las “cinco cosas” van en este orden: sentarse quieto, leer en silencio, contemplar plantas, ríos y colinas, debatir con amigos y enseñar a los hijos. Los “diez gustos” son: estudiar los clásicos, practicar caligrafía, sentarse con el corazón sereno, conversar con amigos, beber un poco de vino, cultivar bambúes y otras plantas, tocar instrumentos y criar garzas, sahumar y cocer te, subir a la muralla para contemplar la montaña, y jugar al ajedrez.
Este método comprende muchos aspectos de la cultura tradicional china y fue el más importante que siguieron los antiguos para pacificar su espíritu y tener buena salud. Hasta ahora sigue siendo útil. Sin duda, una práctica asidua de este método ayuda a despejar la mente y tener serenidad en presencia de cualquier contrariedad.
En comparación con los gustos finos, más vale tener una psicología invulnerable que le permita a uno “no perturbarse ante la caída de una montaña ni ante el desbordamiento de un río”. Esto exige darle cara a la realidad, amar la vida con pasión, tener una aspiración firme y portarse con calma ante cualquier cambio que sea motivo de gran júbilo o pena.
Si la persona sabe seguir los métodos antes descritos, se verá favorecida por la autorregulació n, mantendrá estable el ánimo, amenizara los sentimientos, se llevara bien con todo el mundo y tendrá el corazón apacible, la mente clara y una larga vida.
BIBLIOGRAFIA: “El arte de la guerra de Sun Zi aplicado a la conservación de la salud y el tratamiento de las enfermedades” . Edit. Nuevo Mundo. Beijing 2007.
“El Canon de Medicina interna del Emperador Amarillo”. New World Press. Beijing 2007.