jueves, 25 de octubre de 2012

HOMOLOGACION DE DOCENTES UNIVERSITARIOS


El Art. 53 de la Ley Universitaria 23733, aun vigente, establece que los haberes de los docentes se homologan con la de los magistrados judiciales. Eso, es muy conocido.
Pero realmente, ¿cuanto ganan los magistrados? Eso no es ningún misterio. Documentación oficial admite que además del Básico, los magistrados reciben un “plus” denominado “Asignación Especial por Alta Función Jurisdiccional”, cuyos montos totales ascienden a cifras que se muestran en el Cuadro adjunto, que de aplicarse estrictamente el Art. 53 de la Ley  U., esos, al menos deberían ser los haberes de los docentes universitarios.
El mes pasado, surgió una controversia entre el Tribunal Constitucional y el Presidente del Poder Judicial, César San Martin. El dictamen del Tribunal Constitucional, ante el reclamo de los vocales superiores y jueces de menos rango, establece que los haberes de éstos deberían ajustarse al 90%, 80% y 70% de los haberes de un Vocal Supremo (que se presenta en el Cuadro adjunto). San Martin, menciona que es exagerado dicho dictamen y mas bien propone que los nuevos montos sean  16,200 ; 12,980  y 11,170 respectivamente, que es lo mas probable que se ejecute en el nuevo presupuesto del 2013.
De esta información, surgen varios comentarios, y uno de ellos sería por ejemplo, ¿Qué de especial hacen los magistrados en comparación con docentes universitarios, maestros, médicos, policías, militares, etc. que se asignen tan descomunales sueldos? Un simple repaso del desempeño del Poder Judicial, descalifica totalmente su servicio a la sociedad. El fallo de Villa Stein, es la más emblemática muestra de la podredumbre que corroe a éste Poder, el enredo de los petroaudios, es otro caso.

Asimismo, internamente, algunas autoridades consideran que la homologación parcial, que se logró después de una ardua y prolongada brega, desarrollada por nuestro gremio, la ADUNA, es suficiente y reclaman que “sí, ahora deberían dedicarse a la Universidad”, dejando de lado las bonificaciones que por Ley, Estatuto y Reglamento son irrenunciables, dentro de ellos la Dedicación Exclusiva. Y no solo eso, se pretende desconocer deudas por devengados, y el legítimo derecho al ascenso, cuando se cumplen los requisitos que la normatividad legal establece. Y ese reclamo de “no dedicarse a la Universidad”, es macizamente infundado, porque la gran mayoría de docentes se entrega con creces a las labores universitarias, de enseñanza, investigación y proyección a la comunidad.
Otro comentario que surge, ¿tendríamos realmente la capacidad y las agallas para conquistar el estricto cumplimiento de la “nueva” homologación?. La notable distancia de haberes entre Profesores Principales, Asociados, Auxiliares y Jefes de Práctica y contratados, obliga a una seria evaluación, de lo que podemos y debemos hacer. Como todo es parte de un proceso, habría que empezar por tomar real conciencia del trato económico que recibimos. Ocurre que como hemos estado acostumbrados, por décadas, al maltrato económico, una ligera mejora, apaga u opaca nuestra autoestima, y creemos que ya es suficiente. En poco tiempo, nos daremos cuenta que esa mejora pasajera, se esfumará, ya que la gran mayoría pertenecemos a la ley 19990. Las dificultades que pasan nuestros colegas cesantes y jubilados son una muestra evidente de lo que comentamos.
Empecemos por informarnos, prosigamos por fortalecer nuestro gremio, forjar una sólida unidad, y mejorar la organización. Dispuestas nuestras fuerzas, sumando a las de otras Ues., todo puede ser posible. La razón nos asiste, la ley nos ampara, lo que solo falta es nuestra decisión. Afortunadamente hemos logrado un aprendizaje en las jornadas del último quinquenio.
Y sobre todo, poner en el tapete el tema de la educación, como herramienta de desarrollo, y la Universidad y sus necesidades como catalizador. No puede haber argumentos de que “no hay dinero”. No se dice que la economía peruana es el “nuevo tigre de Latinoamérica”?.
Pero también parte de eso, es fraguar el compromiso institucional, la identidad molinera,  y eso se logra básicamente atendiendo y mejorando lo más valioso que tiene la Universidad que son sus recursos humanos: sus docentes. Por eso es importante una mayor atención a los reclamos de los docentes. Así como a los reclamos de los trabajadores y estudiantes.
                                                                                              La Molina, Octubre de 2012
Guillermo Aguirre