Mártir de la MEDICINA PERUANA nació el 13 de agosto de 1857 en la ciudad de Cerro de Pasco (Perú), fue hijo de:
- Don Baltazar Carrión, de nacionalidad ecuatoriana, graduado de abogado y de médico en la Universidad de Guayaquil.
- Doña Dolores García Navarro, Peruana, oriunda de Quillacocha, Cerro de Pasco.
Sus estudios primarios los realizó en Cerro de Pasco su ciudad natal. Fue trasladado a Lima cursando sus estudios secundarios en el Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe. Daniel Alcides inicia sus estudios de Medicina en la Facultad de San Fernando de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Sintió gran inquietud por conocer aquellas enfermedades características de la época y que se presentaban en los valles centrales del Perú afectando a los trabajadores foráneos especialmente a los que construian el ferrocarril central.
Una de estas enfermedades era conocida con el nombre de “Fiebre de la Oroya”, que se caracterizaba por fiebre y anemia progresiva. Esta enfermedad tenía una mortalidad altísima a pesar de los mejores tratamientos de aquella época.
Otra de las enfermedades era la llamaba “Verruga peruana”, la cual tenía similar distribución geográfica, pero de evolución totalmente diferentes ya que era sumamente benigna; con aparición de nódulos cutáneos y escasos síntomas generales.
Hasta entonces se consideraba que ambos cuadros tenían diferente etiología.
Pero para este médico peruano la idea de que estas dos enfermedades eran una sola en su evolución lo perseguía y es así que por su espíritu de investigación, no vaciló en inocularse sangre macerada de una tumoración Verrucosa de la paciente Carmen Paredes, internado en la Sala de las Mercedes del Hospital Dos de Mayo de Lima. Así que el 27 de agosto de 1885 solicitó voluntariamente al Doctor Evaristo M. Chávez que le hiciera la inoculación. Siendo testigos de la misma Julián Arce y José Sebastián Rodríguez.
A los veintiún días sintió los primeros síntomas de la Fiebre de la Oroya, que continuó con su evolución característica, ante la angustia de sus compañeros, profesores y amigos.
Carrión describió personalmente toda la evolución sintomatológica en su historia clínica hasta el 26 de septiembre, en que agobiado por la fiebre y por la anemia, entró en delirio. Pero sus compañeros continuaron con el trascendente documento clínico a su solicitud que en forma heroica había iniciado Daniel A. Carrión.
Su muerte se produjo el 5 de octubre de 1885, fecha que todos los años es recordada como el:
Otra de las enfermedades era la llamaba “Verruga peruana”, la cual tenía similar distribución geográfica, pero de evolución totalmente diferentes ya que era sumamente benigna; con aparición de nódulos cutáneos y escasos síntomas generales.
Hasta entonces se consideraba que ambos cuadros tenían diferente etiología.
Pero para este médico peruano la idea de que estas dos enfermedades eran una sola en su evolución lo perseguía y es así que por su espíritu de investigación, no vaciló en inocularse sangre macerada de una tumoración Verrucosa de la paciente Carmen Paredes, internado en la Sala de las Mercedes del Hospital Dos de Mayo de Lima. Así que el 27 de agosto de 1885 solicitó voluntariamente al Doctor Evaristo M. Chávez que le hiciera la inoculación. Siendo testigos de la misma Julián Arce y José Sebastián Rodríguez.
A los veintiún días sintió los primeros síntomas de la Fiebre de la Oroya, que continuó con su evolución característica, ante la angustia de sus compañeros, profesores y amigos.
Carrión describió personalmente toda la evolución sintomatológica en su historia clínica hasta el 26 de septiembre, en que agobiado por la fiebre y por la anemia, entró en delirio. Pero sus compañeros continuaron con el trascendente documento clínico a su solicitud que en forma heroica había iniciado Daniel A. Carrión.
Su muerte se produjo el 5 de octubre de 1885, fecha que todos los años es recordada como el:
“DÍA DE LA MEDICINA PERUANA”.
El Gobierno Peruano promulga la Ley Nº 25342. que declara a Daniel Alcides Carrión García
“Héroe Nacional” el 7 de Octubre de 1991.
1 comentario:
Ya era hora que lo declararan heroe nacional, personalmente me es grato enterarme de esta noticia ya que como médico en su época no fue nada facíl para él,hay que vivirlo para sentirlo.
Un admirador de la pasión,vocación y dedicación que tuvo por sus pacientes.
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